Numeradas, Certificadas y en Ediciones Limitadas
En 1930, Ambroise Vollard, un conocido comerciante de arte, propuso a Pablo Picasso un trato que pasó a la historia: Vollard quería una serie de grabados de tema libre; pero que, de algún modo narraran una historia, a cambio de algunas pinturas de Renoir y Cezanne. Picasso, que tenía un ojo estupendo para reconocer un buen negocio, accedió a realizar la serie de grabados, con la condición de que no se le exigiera límite ni fecha de entrega.
Siete años más tarde, la Suite Vollard estaba lista; una serie de 100 grabados en los que el genial malagueño dio rienda suelta a varios de sus demonios más recurrentes: «las imágenes y el registro emocional de las copias cambian constantemente para reflejar las obsesiones eróticas y artísticas de Picasso, las vicisitudes matrimoniales y la situación política cada vez más oscura en Europa. En los años en que Picasso trabajó en la serie, el fascismo se extendió por Europa y la guerra civil estalló en España. Estas ansiedades también se abrieron camino en la Suite Vollard, de modo que cuando llegas al final del espectáculo y a las últimas imágenes del minotauro ciego, sientes que estás en un universo emocional diferente de la arcadia iluminada por el sol que encontraste al principio del espectáculo». Es el análisis más aceptado de las intenciones del autor, en boca de Richard Dermont, el autor del más completo estudio sobre la serie.
Son 300 juegos, aunque Picasso solo supervisó la impresión de 230, cada juego contiene 100 grabados que no se basan en fuente literaria alguna y no están titulados individuamente. Se dieron a conocer extensamente a partir de 1950, pues tanto la guerra como la muerte de Vollard en 1939, retrasaron el trabajo de impresión llevado a cabo por Roger Lacouriere en París, bajo la estricta supervisión del artista. A pesar del riguroso celo impuesto a ese proceso de impresión, mas tarde las obras se disgregaron y fueron vendidas de cualquier modo, convirtiéndose en un objeto de culto.
Los grabados que conforman la suite se consideran la serie más importante del arte moderno y el elemento artístico por excelencia a la hora de hablar de ediciones limitadas y de reproducción de arte ya que su valor, artístico y económico, es prácticamente insuperable. Solo 10 museos del mundo y la colección privada de 3 fundaciones tienen una carpeta completa; el último en adquirir la serie fue el British Museum, después de una búsqueda exhaustiva puesto que no hay una a la venta y, para lograrla, tuvo que desembolsar un millón de libras esterlinas a pesar de que, técnicamente, en realidad no se trata de originales; por lo menos, se puede decir que se ha documentado la existencia de 13 copias de cada uno de los 100 ejemplares que conforman la serie; es decir 1.300 reproducciones de una misma obra de arte, debidamente certificadas y numeradas: el recurso más ingenioso para hacerse de una obra de arte y preservar algo de su unicidad y valor.
Aunque el caso de la Suite Vollard es único, como ocurre con buena parte del trabajo de Picasso, viene muy a cuento cuando se habla de la importancia de una edición numerada o de las muchas formas que existen para poner el arte en manos de quienes no pueden pagar el precio que representa y no se conforman con verlas de vez en cuando en el bullicioso marco de un museo. Para satisfacer esa necesidad, el mercado del arte ha creado alternativas interesantes, valiosas y sobre todo, muy novedosas, desde las cuales es posible encontrar una forma sencilla y económica de disfrutar el privilegio de poseer una obra de arte: las serigrafías, fotografías, litografías, el arte digital y el arte no convencional que se difunde por otros medios, conocido a veces como transgénero, porque no representa un género, estilo o escuela en particular.
Reproducir arte es, hoy en día, uno de los grandes recursos con los que cuenta el mercado para revitalizarse y hacerse más asequible; pero, porque estamos hablando de arte y ese no es un tema que pueda dejarse al azar, reproducir arte tiene normas y procedimientos exigentes que se resumen en las siguientes formas de hacerlo:
Ediciones limitadas, certificadas y numeradas
Ediciones limitadas y certificadas
Son las impresiones que el artista crea a partir de una imagen principal que se reproduce en un material permanente como metal, papel, tela, cartón o lienzo. Ese proceso de “traslado” de la obra original al soporte, permite que el mismo artista realice otras impresiones de la misma obra hasta una cantidad limitada que será supervisada estrictamente por el mismo artista y certificada legalmente por el encargado de reproducirla.
Las ediciones limitadas, también conocidas como numeradas, suelen ser la mejor manera de obtener a precio competitivo una obra original. Se trata de una serie pequeña, numerada estrictamente e impresa con los mayores cuidados. El trabajo de impresión se realiza a partir de la decisión del autor, acerca del número de copias que imprimirá.
Pruebas de artista
Para algunos coleccionistas tienen un valor sideral, pues se consideran la génesis de lo que puede ser más tarde una gran obra de arte. Son las impresiones previas a la impresión final que un artista hace de su obra en proceso. Se les puede considerar “borradores” y normalmente solo sirven para darle al artista una idea de cómo será la impresión final cuando esta ocurra. Se trata básicamente de pruebas de color y textura, no se trabaja sobre ella, difiere un poco de la obra final y, usualmente, sobre todo si se trata de un artista reconocido, se firman y se numeran.
Ediciones abiertas
Como su nombre lo indica, las ediciones abiertas son el lote indefinido de copias de una imagen principal que se hacen para venderla masivamente. Normalmente el precio de esas impresiones es bastante bajo pues se realizan en materiales de inferior calidad. No son supervisadas por el artista que ha creado la imagen principal, y no llevan firma ni certificación alguna.
Impresiones
Son las impresiones realizadas a partir de la fotografía de una obra de arte; es la forma más básica de reproducir arte y no tiene mayor valor, aunque se trate de una serie destinada a un tema en particular. Sin embargo, si la obra original en la que está basada es intervenida de alguna forma, la calidad de impresión es alta y el impresor está en capacidad legal de certificar las condiciones especiales del trabajo, estaríamos hablando de una edición abierta certificada, la cual alcanza mejor precio en el mercado.
COLOR3ARTE ha hecho un punto de honor en el tratamiento que da a sus trabajos y está perfectamente capacitada para reproducir obras certificadas o ediciones numeradas de los trabajos que reciben de parte de fotógrafos, ilustradores y artistas gráficos, por lo que puede traspasar ese valor a los clientes que soliciten tales impresiones, hasta el número establecido por el autor. Cuidamos de tal manera el trabajo de un artista, que nunca haríamos la impresión de una edición numerada que no esté entre los parámetros establecidos por él; una condición que por cierto es innegociable. Una edición limitada y certificada puede ser, mañana, la pieza clave de una colección muy valiosa; nosotros lo sabemos muy bien y a ello apostamos.