Obra Gráfica de Israel de la Peña

Esta viñeta de Alfonso Zapico, parte de su colección «La Balada del Norte», es un excelente ejemplo del poder narrativo del cómic como medio artístico. En la composición de nueve paneles, el artista cuenta una historia sin necesidad de palabras, empleando solo el lenguaje visual para revelar la tensión y la intimidad entre los personajes.

En las tres primeras viñetas, vemos a los personajes de Tristán e Isolina en un entorno tranquilo, lo que sugiere un momento íntimo compartido en silencio. La repetición del sonido del sueño «z» indica que Tristán ha caído en un sueño ligero, mientras Isolina parece contemplativa y posiblemente ansiosa por la proximidad.

La secuencia media es donde la narración visual alcanza su clímax emocional. Isolina se inclina hacia Tristán, sus expresiones capturan una mezcla de emoción y vacilación. La onomatopeya «Chst» rompe el silencio, marcando un momento decisivo. La proximidad de sus rostros y sus miradas entrelazadas intensifican la atmósfera, llevando al lector al borde de sus asientos, anticipando lo que está por venir.

Finalmente, la consumación de sus emociones se plasma en un beso, capturado en una viñeta grande que ocupa el espacio central de la fila inferior, lo que denota su importancia. Este único momento es una pausa en el tiempo, un punto culminante de la tensión construida cuidadosamente a lo largo de las viñetas anteriores.

Las dos últimas viñetas retornan al silencio, con elipsis que sugieren una conversación que los personajes y los lectores comparten pero que no necesita ser dicha. Es un testimonio de la habilidad de Zapico para transmitir complejidades emocionales y narrativas con sutileza y economía visual.

La textura y el estilo de dibujo aportan una cualidad atemporal y expresiva, mientras que la paleta de grises añade un matiz de nostalgia y profundidad emocional. La interacción de los personajes, la dinámica entre ellos, y el uso magistral de la secuencia del tiempo visual, encapsulan la esencia de Tristán e Isolina, cuyas diferencias de clase y origen no impiden el desarrollo de una conexión humana profunda y genuina.

En su conjunto, esta página es una cápsula narrativa perfecta, rica en detalle emocional y resonancia visual, una muestra del talento de Zapico para contar historias que trascienden las palabras y se arraigan en el corazón del lector.

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Alfonso Zapico: Tomo 3 Pág.54

Detalles del producto:

  • Título: Tomo 3 Pág.54
  • Autor: Alfonso Zapico
  • Dimensiones: 43×30 o 30x21cm
  • Serie limitada de 50 unidades
  • Técnica de impresión: Giclée
  • Tintas pigmentadas: Ultrachrome Pro12
  • Soporte: Papel Fine Art William Turne de Hahnemühle
  • 310 g/m²,
  • 100% algodón
  • Blanco, sin blanqueadores ópticos
  • Superficie muy finamente texturizada
  • Estructura de fieltro pronunciada y sutil
  • Sin ácidos y sin lignina
  • Conforme a la norma ISO 9706, calidad museística para máxima resistencia al envejecimiento
  • Certificado de Autenticidad holográfico numerado y firmado por el Autor.

Esta viñeta de Alfonso Zapico, parte de su colección «La Balada del Norte», es un excelente ejemplo del poder narrativo del cómic como medio artístico. En la composición de nueve paneles, el artista cuenta una historia sin necesidad de palabras, empleando solo el lenguaje visual para revelar la tensión y la intimidad entre los personajes.

En las tres primeras viñetas, vemos a los personajes de Tristán e Isolina en un entorno tranquilo, lo que sugiere un momento íntimo compartido en silencio. La repetición del sonido del sueño «z» indica que Tristán ha caído en un sueño ligero, mientras Isolina parece contemplativa y posiblemente ansiosa por la proximidad.

La secuencia media es donde la narración visual alcanza su clímax emocional. Isolina se inclina hacia Tristán, sus expresiones capturan una mezcla de emoción y vacilación. La onomatopeya «Chst» rompe el silencio, marcando un momento decisivo. La proximidad de sus rostros y sus miradas entrelazadas intensifican la atmósfera, llevando al lector al borde de sus asientos, anticipando lo que está por venir.

Finalmente, la consumación de sus emociones se plasma en un beso, capturado en una viñeta grande que ocupa el espacio central de la fila inferior, lo que denota su importancia. Este único momento es una pausa en el tiempo, un punto culminante de la tensión construida cuidadosamente a lo largo de las viñetas anteriores.

Las dos últimas viñetas retornan al silencio, con elipsis que sugieren una conversación que los personajes y los lectores comparten pero que no necesita ser dicha. Es un testimonio de la habilidad de Zapico para transmitir complejidades emocionales y narrativas con sutileza y economía visual.

La textura y el estilo de dibujo aportan una cualidad atemporal y expresiva, mientras que la paleta de grises añade un matiz de nostalgia y profundidad emocional. La interacción de los personajes, la dinámica entre ellos, y el uso magistral de la secuencia del tiempo visual, encapsulan la esencia de Tristán e Isolina, cuyas diferencias de clase y origen no impiden el desarrollo de una conexión humana profunda y genuina.

En su conjunto, esta página es una cápsula narrativa perfecta, rica en detalle emocional y resonancia visual, una muestra del talento de Zapico para contar historias que trascienden las palabras y se arraigan en el corazón del lector.

 

Como maestro de la narrativa gráfica, Zapico teje complejidades emocionales en lienzos que capturan tanto la imaginación como el intelecto Alfonso Zapico es un verdadero caleidoscopio de talento. Nacido en la entrañable Blimea, Asturias, Zapico trazó su camino entre pinceles y plumas, desde la Escuela de Artes de Oviedo hasta la prestigiosa ENSAD de París. Pero no es solo en los salones de clases donde su genio se ha desplegado: su arte ha embellecido campañas publicitarias y páginas de prensa, y sus ilustraciones han traspasado fronteras, encontrando hogar tanto en España como en Francia.

Fue en tierras galas donde Zapico marcó su entrada al mundo de la narrativa gráfica, con «La guerra del profesor Bertenev», un relato ambientado en los escenarios bélicos de la guerra de Crimea. No tardó en regresar a sus raíces españolas para presentar «Café Budapest», entrelazando las líneas de su tinta con la complejidad del conflicto palestino-israelí. Pero sería su encuentro con el titán literario James Joyce lo que lo catapultaría al estrellato del cómic, al recibir el prestigioso Premio Nacional de Cómic en España por «James Joyce, el hombre de Dublín», seguido de un íntimo diario de viaje, «La ruta Joyce».

Residente de Angulema, una meca para los creadores de cómic, Zapico continuó su odisea creativa con «El otro mar». Luego, con «Le chant des Asturies», nos sumergió en un viaje a través de los grises de la memoria histórica asturiana, antes de desenterrar los ecos de la historia vasca en «Los que tienden puentes», inspirado en el encuentro entre Eduardo Madina y Fermín Muguruza.

Pero su compromiso con las artes va más allá de la creación personal; como profesor de español y mentor, Zapico ha sembrado la semilla del cómic en la Academia Poitiers, guiando a estudiantes y colegas por los senderos de la narrativa gráfica.

Y si bien su talento ha florecido en el terreno del cómic, su arte no se ha limitado a las viñetas. Su labor como ilustrador se ha extendido a colaboraciones con «La Nueva España» y otras publicaciones, sin mencionar su contribución a la antología «Un buen hombre». Su fascinación por las vidas que han marcado la historia no solo se reflejó en su obra sobre Joyce, sino también en la concesión de la beca Angulema, que le permitió residir en la Maison des auteurs y dar vida a «Dublinés».

Además de su pasión por la enseñanza, Zapico ha compartido su talento a través de proyectos educativos en Asturias y Francia, y ha unido fuerzas con Aitana Castaño para dar vida a obras como «Los niños de humo», «Carboneras» y «Rastros de ceniza», cada una de ellas una ventana a realidades distintas y profundas.

Ilustrador principal de la revista «Librújula», Zapico sigue siendo un faro de inspiración, demostrando que el arte es un puente entre culturas, memorias y corazones. Con cada trazo, Alfonso Zapico no solo dibuja historias, sino que teje la historia misma, una viñeta a la vez.

 

Papel William Turner

190 · 310 g/m² · 100 % algodón · blanco · genuino papel de fabricación con molde cilíndrico

El papel William Turner de Hahnemühle, un papel artístico creado mediante el proceso clásico de formación en tambor, está diseñado con una capa optimizada para la impresión giclée destinada a obras de arte de alta calidad. Este papel, elaborado a partir de algodón y libre de agentes blanqueadores ópticos, se distingue por su notable textura y sensación táctil única. Su distintiva marca de prensado en molde cilíndrico aporta una sutil y pronunciada tridimensionalidad, enriqueciendo las fotografías y las reproducciones de arte con una profundidad impresionante. La capa superior mate de impresión giclée asegura resultados sobresalientes, con una reproducción de colores y detalles excepcional, contrastes llamativos y un negro intenso. Además, el papel William Turner es resistente al ácido y a la lignina, cumpliendo con los estándares más exigentes de durabilidad. Su textura y estructura superficiales le otorgan un carácter artístico distintivo a las impresiones giclée y a las reproducciones de arte.

 

Técnica de impresión Giclèe

La impresión giclée es un tipo de impresión digital de alta calidad utilizada principalmente en el campo de la arte y el fotografía. Se realiza mediante un proceso de impresión de inyección de tinta sobre papel o tela, utilizando tintas pigmentadas de alta calidad y una impresora especialmente diseñada para producir imágenes con una gran gama de colores y una gran calidad de imagen. La impresión giclée es conocida por su durabilidad y fidelidad de color, lo que la hace ideal para la reproducción de obras de arte y fotografías de alta calidad.

Tintas Utilizadas.

Las tintas pigmentadas Epson UltraChrome son un conjunto de tintas de alta calidad utilizadas en impresión artística. Estas tintas están formuladas con pigmentos ultra finos y utilizan una tecnología avanzada de mezcla de colores para producir imágenes de alta calidad con una amplia gama de colores y una gran fidelidad de color. Además, las tintas UltraChrome tienen una alta resistencia al envejecimiento y a la luz, lo que las hace ideales para aplicaciones en las que se necesita una gran durabilidad y fidelidad de color a largo plazo. Las tintas UltraChrome K3 Pro 12 se utilizan comúnmente en impresoras giclée de alta calidad y en la producción de reproducciones de alta calidad de obras de arte y fotografías para museos y galerías.

Una impresión artistística realizada por:

52,00 78,00  IVA Incluido.

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